Cuando estás en contacto contigo mismo, sabes lo que sientes y donde están tus límites. Sabes lo que te gusta y lo que no te gusta. Sabes lo que te funciona y lo que no. Sabes con quien estás a gusto y con quien no.
Eso te da el poder de decir NO a situaciones malsanas, y te genera autoestima porque aprendes a confiar en ti.